Contaminación Radiactiva, qué es y como evitarla.
La contaminación radiactiva, de acuerdo con la NOM-008-NUCL-2011, es la presencia indeseable de sustancias radiactivas en superficies, o contenida en sólidos, líquidos o gases (incluyendo el cuerpo humano).
La contaminación radiactiva se puede producir debido a algún accidente en una planta nuclear, como sucedió en la planta de Chernobyl en 1986, por alguna fuga de material radiactivo en una fuente sellada o en instalaciones que manejan fuentes abiertas como parte de sus actividades.
En cualquiera de los casos la contaminación se va a dar como consecuencia de situaciones anormales en el desarrollo de las actividades con material radiactivo, ya sea por accidentes, fenómenos naturales o mala aplicación de los protocolos y procedimientos de trabajo.
Recomendaciones para evitar la contaminación radiactiva.
Con el fin de evitar o controlar la contaminación radiactiva la NOM-008-NUCL-2011 considera una serie de puntos a tomar en cuenta para lograrlo, algunos de los más importantes son los siguientes:
- Señalizar y delimitar zonas de contaminación, alta contaminación y contaminación suspendida en aire.
- Hacer uso del equipo de protección personal de acuerdo con el tipo de actividad a realizar.
- Establecer una vigilancia de contaminación radiactiva antes, durante y después de actividades que involucren el manejo de material radiactivo.
- Para el caso de fuentes selladas de acuerdo con lo indicado en el Reglamento General de Seguridad Radiológica se deben realizar pruebas de fuga al momento de su recepción y después de forma periódica.
- Establecer controles que permitan prevenir la transferencia inadvertida de la contaminación removible a otros lugares.
- Establecer controles para el ingreso, estancia y egreso de zonas contaminadas, con alta contaminación y con contaminación suspendida en aire.
Manejo en caso de contaminación superficial y en fuentes selladas
La contaminación radiactiva puede presentarse en distintas superficies o en el mismo cuerpo humano y para tales casos existen una serie de recomendaciones y consideraciones a tomar en cuenta.
Para el caso de contaminación superficial principalmente se debe hacer un automonitoreo para corroborar que no existe contaminación personal, en caso de existir, se debe proceder a la descontaminación mediante el enjuague con agua y jabón.
Una vez descartada la contaminación personal se debe hace uso del equipo de protección adecuado, posteriormente se debe proceder a cubrir la zona contaminada con papel absorbente. Si había personas en la zona no deberán retirarse sin antes ser monitoreados y descartar una contaminación personal.
Los materiales utilizados para la descontaminación del área deberán ser colocados en bolsas de plástico y considerados como desecho radiactivo. Los utensilios como escobas o trapeadores que hayan sido utilizados deberán ser almacenados en bolsas hasta que decaiga la actividad del material radiactivo.
Una vez realizada la descontaminación se deberán monitorear los niveles de radiación y realizar pruebas de frotis para garantizar que se ha controlado la contaminación.
Para el caso de fuentes selladas, en caso de reportarse una fuga en las pruebas periódicas correspondientes se deberá notificar a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias. La fuente deberá colocarse en un contenedor y no deberá ser utilizada hasta que se le realicen las reparaciones adecuadas.
El impacto que puede tener la contaminación radiactiva es proporcional a la magnitud del problema.
El impacto puede ser a nivel personal en contaminaciones mínimas y dependiendo del radioisótopo y la actividad, el daño a la salud de la persona puede ser mayor o menor.
A nivel industria en contaminaciones más graves en donde puedan verse comprometidas las instalaciones de una empresa y entorpecimiento de las actividades propias de la empresa.
A nivel poblacional en los casos de accidentes nucleares donde dependiendo del nivel de contaminación puede existir desalojo de la población e incluso resultar en una zona inhabitable por mucho tiempo.
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